Las indicaciones y las técnicas en cirugía torácica se desarrollan de modo constante ampliando el abanico de patologías subsidiarias de intervención, así como la incorporación de técnicas tanto diagnósticas como terapéuticas como la broncoscopia, mediastinoscopia y toracoscopia. Las técnicas anestésicas que separan la ventilación de cada pulmón permitieron el refinamiento de las técnicas quirúrgicas, hasta el punto que cada vez son más los procedimientos que se realizan mediante toracoscopia. Esto obliga al anestesiólogo a un perfecto conocimiento de la fisiopatología pulmonar para poder afrontar con seguridad las situaciones críticas que en ocasiones suceden tras el colapso de un pulmón en la ventilación unipulmonar. Es una parte importante del procedimiento la aplicación de técnicas neuroaxilales para el tratamiento del dolor postoperatorio evitando en ocasiones complicaciones pulmonares que continúan siendo la mayor causa de morbilidad asociada a la toracotomía. El dolor severo producido puede conducir a hipoventilación y desarrollo de hipoxia, atelectasias, neumonía y necesidad de ventilación mecánica. Si a esto añadimos que la mayoría de los pacientes sometidos a este tipo de cirugía son mayores y además presentan enfermedad respiratoria y/o cardiaca concurrente, nos damos cuenta de la importancia de un adecuado control del dolor que permita una respiración profunda y una tos efectiva. Además el dolor generado en esta cirugía, puede tener importantes repercusiones sistémicas, ya que el predominio del tono simpático, se ha relacionado con la aparición de episodios de isquemia o infarto agudo de miocardio postoperatorio.
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18 noviembre 2008
Anestesia en cirugía torácica
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