Es válido pensar que las complicaciones del bloqueo epidural están en relación con el sitio del bloqueo; sin embargo esto no sucede así ya que la mayor frecuencia de complicaciones se dan en la zona lumbar, seguramente porque esta zona de la columna es la que se utiliza con más frecuencia. La incidencia global de complicaciones neurológicas durante la anestesia epidural torácica fue de 3.1% de 4,185 casos quirúrgicos, sin que hubiera daño neural residual en un solo caso. Las complicaciones fueron menos frecuentes en la columna torácica media y alta, que en la parte inferior. Se han descrito casos de hematoma epidural y daño medular. Si bien estos datos derivan de anestesia regional, los resultados pudieran transferirse a BED en los enfermos con dolor crónico.
Relacionadas a la punción. La complicación más frecuente es la punción accidental aparente de la duramadre. Cuando esto sucede se debe posponer una semana el nuevo intento de punción epidural ya que aunque remoto, existe la posibilidad de que el catéter o el fármaco que se pretende inyectar en el espacio epidural atraviese hacia el espacio subaracnoideo a través de agujero dural. Si el paciente desarrolla cefalea postpunción dural, esta debe de manejarse de la manera habitual. La punción del plexo venoso epidural no contraindica un segundo intento de punción epidural, con o sin catéter en el mismo momento. Existe controversia con respecto a las complicaciones que se presentan con el uso de aire vs líquido, cuando se localiza el espacio extradural con técnica de pérdida de la resistencia. La recomendación actual es no utilizar aire, ya que este se ha vinculado a analgesia incompleta, pneumoencéfalo, compresión radicular o medular, embolismo venoso, parestesias, enfisema subcutáneo, etc.
Relacionadas al catéter. El uso de catéteres epidurales instalados en forma crónica evita la repetición frecuente de inyecciones epidurales y facilita la administración periódica o constante de fármacos analgésicos, lo cual es una comodidad significativa para nuestros pacientes. Infortunadamente, esta técnica tiene complicaciones que ameritan la vigilancia frecuente de la funcionalidad de los catéteres, ya que estos pueden romperse, anudarse, doblarse, migrar, infectarse, etc.La posición del catéter extradural debe de ser corroborada mediante epidurografía en todos los enfermos en los cuales se planee utilizar inyecciones repetidas o infusiones epidurales prolongadas de fármacos analgésicos y/o adyuvantes. Las causas de falla de la anestesia epidural a través de un catéter son válidas en los enfermos con dolor crónico tratados por esta vía. Se han descrito diversos motivos, desde la existencia de un septo epidural congénito, adhesiones durales adquiridas, pasaje transforaminal del catéter hasta la zona paravertebral, al espacio epidural anterior, al espacio interpleural, colocación en el espacio subdural, nudos en el catéter. Hay casos de dificultad para retirar el catéter epidural Racz ä. El tipo de catéter epidural no se ha relacionado a la frecuencia con la cual ocurren complicaciones, sin embargo, se ha demostrado que la elasticidad contribuye a la ruptura y retención de los catéteres epidurales. Las propiedades del material y la forma (corte seccional) de los catéteres actuales influyen su consistencia y la capacidad de desviarse. En los catéteres con estilete, es recomendable que una vez que la punta se ha introducido a todo lo largo de la aguja epidural, se retire el estilete unos cuantos centímetros, lo cual disminuye considerablemente su rigidez y la posibilidad de penetración tisular no deseada.
Figura 1. La radiografía izquierda muestra un catéter de Racz ä enrrollado en el espacio epidural. La radiografía derecha muestra un catéter de Racz ä saliendo por el foramen T12-L1.
Figura 2. Inyección epidural de 5 mL de ropivacaína 0.125% a través de un catéter insertado en T5, en un paciente de 60 años con dolor por herpes zoster agudo. En la radiografía A se observa la entrada del catéter, y una amplia distribución desde T3 hasta la columna lumbar. La radiografía B corresponde al mismo paciente, mostrando que tan solo 5 mL alcanzaron hasta L3. El enfermo tuvo hipotensión arterial severa que se manejó con líquidos i.v.
Extraído del artículo “Complicaciones de los bloqueos neurales en medicina del dolor”, publicado en la Revista Virtual Latinoamericana de Anestesiología.
28 octubre 2006
Complicaciones del Bloqueo epidural (BED)
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