07 noviembre 2006

Canalización de la arteria radial

La arteria radial es la continuación más directa del tronco humeral. Comienza en la división de la humeral, aproximadamente un centímetro por debajo de la flexura del codo, y pasa a lo largo de la cara radial del antebrazo hacia la muñeca, donde es fácilmente palpable en el espacio comprendido entre el tendón del palmar mayor y la porción inferior saliente del borde anterior del radio. Luego se inclina hacia atrás y rodea la cara lateral del carpo dirigíendose hacia el extremo proximal del espacio comprendido entre el primero y segundo metacarpiano, donde se desvía por dentro de las dos cabezas del primer interóseo dorsal entrando en la palma de la mano. En la muñeca se relaciona con el ligamento lateral de la muñeca, los tendones del abductor largo del pulgar y extensor corto del pulgar, los huesos escafoides y trapecio y el tendón del extensor largo del pulgar. En el espacio comprendido entre los dos extensores del pulgar está cruzada por el origen de la vena cefálica y por los ramos digitales del nervio radial que van al pulgar y al dedo índice. La tacnica para canalizar la arteria radial es la siguiente: con el paciente en decúbito, la muñeca se debe colocar en dorsiflexión aproximada de 60º (apoyar el dorso de la muñeca sobre una toalla estéril enrrollada sujeta a la mano), la arteria se localiza por palpación cerca de la extremidad distal del radio. La inserción del catéter se realiza con una angulación de 30º avanzando hasta que aparece reflujo de sangre por el eje de la aguja. Hay que evitar la hiperabducción porque puede obliterar el pulso. Posteriormente hay que fijar la muñeca en posición neutra para evitar el movimiento de flexo-extensión.

Hay ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de complicaciones, como la inestabilidad hemodinámica, entendida como hipotensión y bajo gasto cardíaco, el uso de fármacos vasopresores, enfermedades vasculares (arterioesclerosis, hipertensión severa, síndrome de Raynaud, enfermedades autoinmunes) y contaminación bacteriana (sepsis, mala asepsia, mantenimiento muy prolongado de la línea arterial).

Antes de la implantación del catéter, se realiza el test de Allen para evaluar el flujo por arteria cubital e identificar aquellos pacientes con alto riesgo de complicaciones isquémicas. Sin embargo, últimamente se cuestiona el valor predictivo de esta prueba ya que hay una incidencia de falsos negativos del 53%. La pulsioximetría y el doppler permiten valorar de forma más fiable la circulación colateral de la mano.

La complicación más común es la trombosis (clínica o subclínica) oscilando su frecuencia entre el 5 y 25 % a los 4 días; además de la duración, influyen en su presentación el tamaño de la cánula, material de fabricación (el polietileno es más trombogéncio que el teflón), los lavados intermitentes y las posibles irregularidades del sistema intrarterial. Suelen ser asintomáticas y de poca repercusión global. También son posibles el resto de complicaciones antes mencionado .

Para leer la informe completo sobre canalización vascular clikear aquí.

Fuente: http://tratado.uninet.edu/

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