12 noviembre 2006

Uso de la Ketamina en Cirugía Ambulatoria

Recientemente se ha publicado que la aplicación de pequeñas dosis de Ketamina, 75 a 100 mcg/kg IV junto con morfina a dosis de 50 mcg/kg IV, reduce los requerimientos de morfina en el postoperatorio tras CA, aproximadamente en un 50 %, durante la primera fase de recuperación. La administración de ketamina y morfina permite la administración de dosis inferiores de cada una de ellas, disminuyendo los efectos secundarios propios de estos fármacos. Teniendo en cuenta que estos pacientes van a ir a sus domicilios en poco tiempo, este estudio es importante, al demostrar que no se afecta de manera significativa la capacidad sensorial, probablemente debido a las bajas dosis empleadas. Ningún paciente se sintió disfórico, y todos expresaron sentirse relajados y confortables. Otra línea de estudio, en cirugías de alto impacto nociceptivo intraoperatorio, propone la utilización de dosis de carga de Ketamina a razón de 0,3 mg/kg de peso, seguida de una infusión basal continua a una tasa de infusión de entre 0,1 y 0,2 mg/kg/hora. En estos casos, es conveniente el retiro paulatino de dicha infusión antes del despertar, para poder disminuir la posibilidad de deterioro cognitivo postoperatorio.

Concepto de confort en el postoperatorio
Aunque evitar el dolor es un objetivo muy importante, desde el punto de vista del paciente, lo principal no es la analgesia, sino el confort global, la ausencia de complicaciones y la seguridad en el postoperatorio. El concepto de confort, del cual forma parte fundamental la analgesia, también está formado por la rápida recuperación de la ingesta y del tránsito intestinal, por la ausencia de náuseas y vómitos, la conservación o restauración completa del estado de conciencia y alerta, la deambulación precoz, y también la ausencia de ansiedad y estrés, motivados por la operación o por la recuperación futura de la misma. La primer noche tras una intervención quirúrgica, se debe administrar una dosis oral del analgésico, suficientemente alta y lo más tarde posible, para que cubra toda la noche, o proveer al paciente con algún sistema automático de administración, que permita mantener la concentración plasmática del analgésico durante ese período de tiempo. Una de las fuentes que origina DP, procede del espasmo de la musculatura visceral en cirugías abdomino-pélvicas. En estos casos, el uso de Dipirona a dosis de hasta 50 mg/kg por única vez (“Shock de Dipirona”) o Glicopirrolato a dosis de 0,3 mg, reduce de inmediato el DP y el consumo de opioides durante el período postoperatorio.


Alejandro G. Haidbauer

Sub-Jefe del Servicio de Anestesiología. Hospital Alemán.
Director del Curso Universitario de Postgrado “Clínica del Dolor Agudo”. UBA – AAARBA

Sub-Director del Departamento de Docencia e Investigación. Fundación Dolor - AAARBA

Fuente: http://www.ararosario.com.ar

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